16 octubre, 2025

Alberto Fernández, en su carácter de presidente del Partido Justicialista (PJ), convocó para el jueves 16 de febrero a una mesa política del Frente de Todos (FdT) a realizarse en la sede nacional del PJ. Tras varios días de tires y aflojes la estructura de la mesa quedó establecida de la siguiente manera: gobernadores del PJ, representantes de los intendentes, el triunvirato de la CGT y la CTA y, por último, 5 representantes de cada espacio político que forma parte del FdT (kirchnerismo, massismo y albertismo).


      La iniciativa del primer mandatario es bienvenida de cara a un año electoral que será bravo y donde la unidad del oficialismo aparece como requisito indispensable para tener chances de ser reelecto. Sin embargo, la conformación de dicha mesa se demoró más de lo necesario si tenemos en cuenta que estamos atravesando el último año de gestión de la coalición ganadora en 2019. La ausencia de un espacio de debate y discusión interna del FdT llevó a que las diferencias se expongan en forma pública, a la vista del electorado, con comunicados, cartas y declaraciones en off (y otras tantas, en on) que no solo dañaron la imagen del propio gobierno sino que, peor aún, dificultaron el día a día de la gestión. Con cierta razón podemos traer aquella frase de Cristina Fernandez de Kirchner de “funcionarios que no funcionaron” aunque, más que recaer en individualidades, el foco habría que ponerlo en una alianza disfuncional con diversos sectores políticos en pugna sin llegar a fijar acuerdos mínimos en cuanto al rumbo a seguir.


     A pesar de la demora, siempre es mejor tarde que nunca. Nos encontramos a 6 meses de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y a un poco menos del establecimiento de las listas. De acuerdo con una encuesta de la consultora Circuitos, realizada en la provincia de Buenos Aires entre el 1° y el 3 de febrero, la mayor intención de votos se concentraría entre Cristina Kirchner y Patricia Bullrich. El 20,3% dijo que votaría a la actual vicepresidenta y el 19,5% a la presidenta del PRO, quedando ambas en porcentajes muy similares  El relevamiento toma un total de 1148 casos con metodología de encuesta telefónica e IVR, y muestra un gran porcentaje de indecisos, que asciende a más del 16%.   


    Por otra parte, la consultora Raúl Aragón & Asociados, con una encuesta a nivel país para 1.500 personas, muestra dos escenarios posibles.


  En primer lugar, presenta a Horacio Rodríguez Larreta como candidato de Juntos por el Cambio, Sergio Massa en el Frente de Todos, Javier Milei por el Partido Libertario y Myriam Bregman, representando al Frente de Izquierda de los Trabajadores. El resultado arrojó como ganador a Rodriguez Larreta, votado por el 29,1%, mientras que Massa obtuvo el 24,8% y Milei, el 18.3%.


   En el segundo escenario, estaban Patricia Bullrich (como representante de JxC), Sergio Massa, Javier Milei y Myriam Bregman. La ex ministra de Seguridad cambiemita obtuvo el 34.3% de los votos, mientras que el ex intendente de Tigre quedó por detrás con el 23.5%. Por lo tanto, en caso de haber balotaje, sería entre cualquiera de los dos candidatos de Juntos por El Cambio y Sergio Tomás Massa.


     Más allá de la fiabilidad de las encuestas y de los intereses de quienes las mandan a hacer, lo que queremos señalar es que, aún con las enormes dificultades para gobernar del FdT (ya sea por factores externos -la pandemia, la deuda heredada o la guerra en Ucrania, entre otros-  como por factores internos y los propios errores no forzados de la coalición), el oficialismo sigue estando competitivo para las elecciones de este año. Para ello se debe preservar la unidad ya que quienes tienen más chance de sucedernos han causado muchísimo daño en los 4 años que gobernaron (2015-2019). Y, esta vez, la moderación no aparece en su plataforma electoral. Es cierto que el gobierno no ha podido cumplir sus promesas de campaña tales como la recuperación del poder adquisitivo de la mayoría de la población ya que “los precios suben por ascensor mientras que los salarios van por escalera”, parafraseando a Juan Domingo Perón. Pero como peronistas no podemos dar la batalla por perdida. Es menester cerrar filas, establecer acuerdos básicos y montar un relato que proyecte un futuro que invite a soñar. Al fin y al cabo, si no mejoramos la vida de los sectores populares ¿para qué y quiénes ser gobierno? Quizás en la respuesta a este interrogante pueda empezar a visualizarse un proyecto de país de acá en adelante.

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