
Se acabó la especulación y la danza de nombres. Tras meses de incertidumbre, mensajes cruzados, operaciones mediáticas y horas de reuniones, charlas y encuentros -lo que en la jerga política se denomina comúnmente “rosca”- finalmente tenemos a los candidatos de todos los frentes y alianzas que van a competir por sentarse en el sillón de RIvadavia a partir del 10 de diciembre.
Si en primera instancia nos detenemos en Juntos por el Cambio (JxC), el panorama estaba bastante claro de antemano en cuanto a sus postulantes: los ex funcionarios de la Alianza, Horacio Rodriguez Larreta y Patricia Bullrich, ya se habían lanzado a la carrera presidencial y solo quedaba definir quiénes iban a ser sus compañeros de fórmulas. Ambos optaron por personas del radicalismo: Gerardo Morales para el caso del Jefe de Gobierno porteño y el mendocino Luis Petri con respecto a la ex ministra de Seguridad de Macri. Tras la brutal represión desatada en Jujuy con violaciones a los derechos humanos y la conferencia de prensa conjunta de todo JxC, queda en evidencia que no existe tal división entre “halcones y palomas”. Tal vez “buitres” sea el mejor calificativo para el espacio político que propone hacer lo mismo que hizo del 2015 al 2019 pero con mayor velocidad y temperamento. Ahora sí que nos volvimos a ilusionar….
No quedan dudas que el “fenómeno Milei” -un fenómeno global- corrió el debate político hacia la “derecha” -término desgastado si los hay de tanto uso-. El economista liberal ha sabido captar el descontento de una sociedad que en al menos la última década no ha vivenciado mejoras notorias en sus condiciones de vida a pesar de los cambios de signo político del gobierno nacional. Con una compañera de fórmula negacionista del genocidio argentino y proclamando propuestas anti-Estado, anti-ESI y pro-mercantilización de la vida humana, amenaza con meterse en el balotaje y destruir desde adentro los cimientos de la democracia que supimos conseguir justo en el aniversario 40° de su recuperación.
Por su parte, ¿qué tiene el campo nacional y popular para ofrecer cuando actualmente forma parte de un gobierno que no satisfizo ni a propios ni a ajenos? El cierre de listas reflejó cabalmente la disfuncionalidad del aparato Frente de Todos, hoy rebautizado Unión por la Patria (UP). Cuando todo parecía indicar que iba a haber una PASO entre Daniel Scioli y Eduardo “Wado” de Pedro, se llegó a una lista de unidad, aunque deberíamos llamarla lista de consenso mayoritario ya que se habilitó la interna a Juan Grabois. Esto que parece un trabalenguas muestra la maraña y el enredo de una exitosa coalición electoral pero deficiente a la hora de gobernar.
Sin embargo, a poco más de 24 hs de finalización del plazo de presentación de las listas electorales hubo fumata blanca, una fumata que salió de los techos del Congreso de la nación y de la Casa Rosada. Aparece la figura de Sergio Tomás Massa como el encargado de encabezar la lista de unidad de UP, un pedido expreso de Gobernadores, Intendentes y de la propia Confederación General del Trabajo (CGT).
El hombre que terció en la disputa a cielo abierto entre Alberto Fernandez y Cristina Kirchner, el tipo que agarró el ministerio de Economía cuando parecía que el gobierno caía y que, si bien no logró su meta de bajar la inflación, al menos evitó la “hiper”, fue el gran generador de condiciones para emerger como el mejor candidato para este tiempo. Queda una pregunta en el aire: ¿Lo es?
Volvemos a lo expuesto anteriormente. La coyuntura es sumamente compleja: el debate político está corrido hacia posiciones más conservadoras, del centro a la ultraderecha. La situación económica sigue siendo delicada (falta de dólares, inflación alta, alto nivel de endeudamiento , etc.) y el FMI monitorea cada paso que damos. ¿Nos podemos dar el lujo de perder las elecciones con un candidato más afín a nuestra ideología? Si vemos por el espejo retrovisor, la militancia tardía por “el sapo” Scioli en 2015 demostró ser un error garrafal: este país no sería el mismo después de los 4 años de Macri en la presidencia, un parteaguas en la historia argentina del siglo XXI.
Hagamos un ejercicio de imaginación. Cerremos los ojos y pensemos lo que hubiera sido un segundo mandato de Macri con pandemia, guerra y sequía de por medio. Abrámoslos y valoremos que ganamos en 2019. Y juramentémonos que no podemos permitirnos perder ya que cuando entremos al cuarto oscuro en las otras boletas van a estar como principales contendientes dos exponentes de nuestras familias patricias, de esa oligarquía terrateniente que quiso hacer una colonia de este maravilloso país.
Para finalizar nunca está de más recordar el orden de los factores que reza una de las verdades peronistas: primero la Patria, después el Movimiento y luego los hombres -y mujeres-. El peronismo siempre se está reinventando. “Comprensión de contexto” como dijo Cristina.