Salud y Educación en pie de lucha: trabajadores y estudiantes marchan contra el ajuste del Gobierno de Milei

En medio de un clima social de creciente tensión, miles de trabajadores de la salud, docentes y estudiantes tomaron las calles de Buenos Aires para rechazar el desfinanciamiento de los servicios públicos impulsado por el Gobierno de Javier Milei. Este martes, instalaron una Carpa Blanca en Plaza de Mayo y llevaron adelante una “Marcha Blanca” en reclamo de una urgente recomposición salarial y en oposición a las políticas de ajuste que afectan a los sectores de salud y educación.
El reclamo desde la salud pública
Uno de los focos más críticos de la protesta se encuentra en el Hospital Garrahan, uno de los centros pediátricos más importantes del país. Norma Lezana, secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos del Hospital Garrahan (APyT), advirtió que el conflicto “lleva meses” y que “defender el Garrahan es defender la salud y la vida de millones de niños”. La situación del hospital ha sido una de las más mencionadas durante las manifestaciones, dado el impacto de los recortes en su capacidad para atender a los niños de todo el país que dependen de su atención especializada.
El Garrahan no es el único hospital afectado por las políticas de ajuste. Los trabajadores de otros centros de salud también se sumaron a la protesta, denunciando el cierre de servicios, la falta de insumos y la creciente precarización laboral. Este escenario ha generado una profunda preocupación, especialmente en un contexto donde la atención médica pública es fundamental para los sectores más vulnerables de la sociedad.
La unificación de la lucha con la educación
El reclamo por el desfinanciamiento de la salud pública ha encontrado un aliado clave en el sector educativo. Docentes y estudiantes de universidades públicas se unieron a la protesta en rechazo al Presupuesto 2025, que incluye profundos recortes para la educación. En este sentido, las universidades, ya golpeadas por una serie de medidas de ajuste previas, ahora enfrentan un futuro incierto bajo el proyecto presupuestario propuesto por el Gobierno de Milei.
Agustín Romero, integrante del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, fue categórico al respecto: “Cerrar hospitales, vaciar el Garrahan y atacar la universidad pública es parte de un experimento siniestro de un Gobierno anti-todo lo que está bien”. Su declaración refleja el creciente malestar que ha surgido entre los estudiantes, quienes ven cómo el desmantelamiento de las universidades afecta su futuro académico y profesional.
Además, Romero destacó que el rechazo al veto de Milei y a su presupuesto de ajuste no es solo una cuestión educativa o sanitaria, sino una lucha unificada contra lo que considera un ataque sistemático a los derechos básicos de los argentinos. “Con el Garrahan, los residentes, el Hospital Bonaparte y todos los sectores que se oponen a esta aberración que nos agrede desde que asumió”, agregó, en referencia a los múltiples frentes de resistencia que se han levantado contra las políticas de ajuste del gobierno.
La Carpa Blanca y el Cabildo Abierto
Las protestas no se limitaron a una simple movilización callejera. En un acto simbólico de resistencia, los manifestantes instalaron una Carpa Blanca frente a la Casa Rosada, evocando la histórica Carpa Blanca de los años 90, que se convirtió en un ícono de la lucha docente. En esta ocasión, la carpa no solo representa la defensa de la educación pública, sino también de la salud, en un contexto donde ambos sectores se ven profundamente afectados por los recortes presupuestarios.
Junto con la Carpa Blanca, se realizó un “Cabildo Abierto”, donde decenas de organizaciones de salud y educación debatieron sobre los pasos a seguir en la lucha contra el ajuste. La presencia de trabajadores y estudiantes de todo el país le dio a este encuentro un carácter federal, mostrando que el malestar no se limita a la ciudad de Buenos Aires, sino que se extiende por todo el territorio nacional.
Un paro con impacto nacional
La jornada de protesta culminará con un paro nacional en los sectores de salud y educación. Las organizaciones sindicales y estudiantiles han llamado a esta medida de fuerza para visibilizar aún más el conflicto y presionar al Gobierno para que modifique su política económica. Los efectos del paro se sentirán en hospitales y universidades de todo el país, generando una paralización significativa de estos servicios esenciales.
El desafío para el Gobierno de Milei
El Gobierno de Javier Milei enfrenta uno de sus mayores desafíos desde que asumió el poder. Las políticas de ajuste, promovidas bajo la premisa de reducir el déficit fiscal y cumplir con los compromisos de deuda externa, están encontrando una fuerte resistencia en sectores clave como la salud y la educación. Aunque el presidente ha defendido estas medidas como necesarias para evitar un colapso económico, la creciente movilización social y las duras críticas de diversos sectores hacen que el escenario sea cada vez más complejo.
La unificación de las protestas de salud y educación representa un serio desafío para el Gobierno, que hasta el momento no ha mostrado señales de retroceder en su agenda de ajuste. La pregunta clave es hasta qué punto podrá resistir la presión social sin generar una crisis más profunda que comprometa su gobernabilidad.
Conclusión
La “Marcha Blanca” y la instalación de la Carpa Blanca en Plaza de Mayo son una clara señal de que los sectores de salud y educación no están dispuestos a ceder ante el ajuste del Gobierno de Javier Milei. Con miles de trabajadores, estudiantes y docentes en las calles, el conflicto parece estar lejos de resolverse. El futuro de la salud pública y la educación en Argentina depende, en gran medida, de la capacidad del Gobierno y de los sectores movilizados para encontrar una solución que evite el colapso de estos servicios esenciales.