Los participantes se convocaron en la esquina de Alberdi y Pilar, Mataderos, donde en 1974 se encontraba el Hospital Salaberry, que luego sería demolido por la dictadura.
Uno de los oradores del acto fue el párroco Francisco “Paco” Olveira, integrante del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, quien recordó a Mugica y destacó la vigencia de su acción, su pensamiento, y la militancia peronista del cura villero asesinado por la Triple A y abogó para que tanto desde la militancia social y política como desde el cristianismo comprometido con los pobres se siga trabajando para reflotar los valores que defendía Mugica.
Entre los presentes también estaba Ricardo Capelli, amigo de Mugica y quien se encontraba junto al sacerdote el 11 de mayo de 1974 cuando le dispararon a sangre fría mientras se retiraba de la parroquia San Francisco Solano. Capelli fue testigo directo del asesinato: él mismo recibió cuatro impactos de bala y fue trasladado al hospital Salaberry de Mataderos junto con Mugica.
El acto continuó con varios oradores, quienes expusieron sobre lo que significa para el presente la vida del cura de familia tradicional criado en Recoleta que ejerció su condición de sacerdote en la villa 31. Tras los discursos, se leyó un documento titulado “Carlos Mugica, un hombre para el pueblo”, que concluyó con un pronunciamiento que denunciaba la complicidad civil con la dictadura militar.
Por último, los presentes encendieron sus velas y completaron la peregrinación hasta la parroquia San Francisco Solano, donde se ofició la misa en memoria de Mugica que se realiza todos los 11 de mayo.