Pablo Grillo sigue en estado crítico tras el impacto de gas lacrimógeno, mientras aRGra exige la renuncia de Patricia Bullrich

Pablo Grillo, el fotógrafo que resultó gravemente herido en la tarde del miércoles durante la represión de una protesta en las inmediaciones del Congreso, continúa internado en el Hospital Ramos Mejía del barrio de Balvanera (Comuna 3), con pronóstico reservado y crítico. El fotoperiodista sufrió una lesión grave en la cabeza tras ser impactado por una cápsula de gas lacrimógeno disparada por las fuerzas de seguridad. La lesión le provocó una pérdida de masa encefálica, lo que lo mantiene en terapia intensiva, con una respuesta pupilar que inicialmente fue positiva, según informaron los médicos.
La familia del fotógrafo recibió un parte médico poco después de la medianoche, que detallaba que la cirugía había logrado bajar la presión intracraneal y reconstruir parte del tejido dañado. A pesar de la intervención quirúrgica, los médicos continúan monitoreando su estado, que sigue siendo muy delicado. Además, se hizo un llamado urgente para dadores de sangre, quienes debían presentarse en el hospital para colaborar con la recuperación de Grillo.
Denuncia de aRGra y un llamado a la renuncia de Bullrich
La Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (aRGra) no solo ha denunciado este ataque contra su colega, sino que también ha señalado el creciente nivel de violencia institucional por parte de las fuerzas de seguridad, bajo la conducción de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. En su comunicado, aRGra recordó que ya el 16 de diciembre de 2023 habían alertado sobre el peligro que implicaba el protocolo de actuación de la ministra, señalando que los reporteros gráficos estaban siendo considerados “objetivos a reprimir” por las fuerzas de seguridad.
La organización también criticó la falta de respuesta judicial a las denuncias de abuso de autoridad y agresiones sufridas por periodistas en el ejercicio de su labor, mencionando que, a pesar de haber iniciado numerosos juicios y recursos de amparo, ninguno de ellos prosperó. La entidad recordó con firmeza que Pablo Grillo había sido un alumno de aRGra Escuela, subrayando el dolor de ver a uno de sus propios miembros gravemente herido por las mismas fuerzas de seguridad que anteriormente habían atacado a otros reporteros gráficos.
aRGra exigió la inmediata renuncia de Patricia Bullrich, responsabilizándola de la violencia institucional y de los delitos cometidos por las fuerzas de seguridad durante las protestas. “Hoy, aRGra exige al presidente de la República que la separe de inmediato de su cargo y la ponga a disposición de la justicia, a ella y a sus subalternos. De no ser así, lo hacemos moral, política y penalmente cómplice de los delitos cometidos por su ministra”, concluyó el comunicado de la organización.
Una denuncia que pone en tensión la gestión de seguridad del Gobierno
El ataque a Pablo Grillo ha desatado un nuevo episodio de tensión entre el Gobierno de Javier Milei, a través de su ministra de Seguridad Patricia Bullrich, y los sectores que defienden el derecho a la protesta y la libertad de prensa. La denuncia de aRGra refleja la creciente preocupación por la represión sistemática que afecta no solo a los manifestantes, sino también a los periodistas que cubren los acontecimientos.
El caso Grillo se ha convertido en un símbolo de la violencia institucional en Argentina y pone en evidencia la necesidad urgente de revisar las políticas de seguridad implementadas por el Gobierno, que han sido duramente criticadas por amplios sectores de la sociedad. La demanda de justicia, tanto para el fotoperiodista como para los demás afectados por la represión, se intensifica, mientras el Estado enfrenta las repercusiones políticas y sociales de la violencia ejercida por sus propias fuerzas de seguridad.