16 octubre, 2025

Ola polar y abandono estatal: más de 60 personas en situación de calle murieron en lo que va del año

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En medio de una de las olas de frío más crudas del año, organizaciones sociales denuncian que al menos 63 personas en situación de calle murieron en lo que va de 2025 en todo el país. La cifra fue confirmada por la Asamblea Popular por los Derechos de las Personas en Situación de Calle y el grupo de estudios Sociabilidad en los Márgenes de la Facultad de Psicología de la UBA, que advierten sobre la falta de respuestas estructurales del Estado y el agravamiento de la crisis social. En este marco, se declararon en “estado de emergencia” y reforzaron las campañas de ayuda.

Un invierno letal para los más vulnerables

Las bajas temperaturas —que en varias regiones del país ya perforaron la barrera del cero— tienen efectos mortales sobre miles de personas expuestas al frío extremo sin techo, sin acceso a paradores o alimentación adecuada. Si bien las condiciones climáticas agravan el cuadro, las organizaciones insisten en que “el frío no mata: lo que mata son las políticas de hambre y la falta de respuestas estatales”.

Los fallecimientos —muchos de ellos catalogados como “muertes por causas naturales” al no presentar signos de violencia— se explican, según los registros, por el deterioro progresivo de la salud de quienes viven en la calle: desnutrición, deshidratación, imposibilidad de acceder al sueño reparador, falta de higiene, enfermedades no tratadas, exposición constante a la intemperie y violencia institucional.

“Las condiciones de vida para quienes están en la calle son inhumanas. Y empeoran cada invierno”, señalaron desde Proyecto 7, una de las organizaciones que trabaja a diario con personas sin techo.

Emergencia humanitaria y redes solidarias

Ante la inacción oficial, las organizaciones lanzaron operativos de contención con ollas populares, entrega de ropa de abrigo, frazadas y campañas de recaudación. Este lunes, Proyecto 7 organizó recorridas nocturnas en Plaza Once y Constitución, y declaró en “estado de emergencia” a sus centros de integración, donde agregaron camas y colchones ante la alta demanda.

Su referente, Horacio Ávila, apuntó contra el Ministerio de Capital Humano y la ministra Sandra Pettovello, a quien exigió liberar las frazadas almacenadas en depósitos del Estado nacional: “Se están apelmazando y tomando olor mientras hay gente muriendo de frío en las calles”.

Desde Amigos en el Camino, otra organización que brinda asistencia diaria, se multiplicaron los recorridos nocturnos y las campañas de recolección de medias, frazadas, alimentos y kits de limpieza. La solidaridad ciudadana, explican, es la única red que sostiene a quienes el Estado ha abandonado.

Cifras que reflejan una tragedia invisibilizada

Los 63 fallecimientos relevados hasta el momento en 2025 podrían ser apenas una parte del total. El Registro Unificado de Violencias —publicado todos los años en agosto— se adelantó por la gravedad de la situación, aunque sus responsables reconocen que, debido a la dinámica de la vida en calle, muchas muertes no llegan a documentarse.

En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, se contabilizan al menos 13 decesos, aunque las organizaciones cuestionan el subregistro oficial. Según cifras del Gobierno porteño, a noviembre de 2023 había 4.049 personas en situación de calle: 2.813 accedían a paradores y 1.236 dormían directamente en la vía pública. Las ONG estiman que ese número es aún mayor y denuncian una política sistemática de expulsión y hostigamiento.

“No es un problema nuevo ni estacional. Las personas están ahí todo el año. Las corren, las expulsan, las ignoran”, remarcó Ávila.

Falta de refugios y abandono institucional

Uno de los mayores reclamos de las organizaciones es la falta de vacantes reales en hogares de tránsito y paradores, muchos de los cuales, aseguran, no solo están colapsados sino que además resultan inseguros. “Van ahí y les roban sus cosas”, explican desde la Asamblea por los Derechos de las Personas en Situación de Calle.

El Estado, lejos de brindar protección, permanece ausente. No hay campañas de emergencia visibles, no se activaron operativos de prevención ante la ola polar y la asistencia queda completamente en manos de voluntarios y redes sociales.

Un espejo de la crisis

Más allá del drama climático, la situación de las personas en situación de calle expone el deterioro social de un país en emergencia. El ajuste económico, el aumento de la pobreza extrema y la retirada del Estado expulsan cada vez a más personas a los márgenes, mientras crece la indiferencia oficial.

En ese contexto, las organizaciones siguen reclamando medidas urgentes, integrales y respetuosas de los derechos humanos, que aborden el problema más allá de las temperaturas. Porque, como sostienen quienes están en la primera línea de contención, “las personas en situación de calle no mueren solo en invierno, pero el invierno siempre las mata más”.

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