Nueva movilización de jubilados y dirigentes contra el veto de Milei a la reforma previsional

Este miércoles a las 15 horas, jubilados y dirigentes políticos volverán a marchar hacia el Congreso para expresar su rechazo al veto del presidente Javier Milei a la ley de reforma previsional. La movilización, parte de una serie de protestas que se han repetido en las últimas semanas, partirá desde el Congreso Nacional y llegará hasta Plaza de Mayo. La medida se ha transformado en un símbolo de resistencia contra la política económica del gobierno, especialmente en lo referente a los sectores más vulnerables como los jubilados.
El veto presidencial impidió que se aplique un aumento en las jubilaciones, lo que ha generado un malestar creciente entre los manifestantes. Estos sostienen que la medida vulnera los derechos de los jubilados al negarle mejoras económicas en un contexto de alta inflación y deterioro del poder adquisitivo.
Respuesta del gobierno: “No hay que tener miedo a la represión”
En la antesala de la movilización, Manuel Adorni, vocero presidencial, defendió en una conferencia de prensa el accionar del gobierno y la decisión de veto. Argumentó que la situación fiscal del país no permite aumentos que no estén sustentados en un “equilibrio fiscal”. En declaraciones a la prensa, Adorni afirmó que “no hay que tener miedo a la represión, hay que tener miedo a los que incumplen la ley”. Estas declaraciones, que hacen referencia a la creciente presencia policial en las protestas, fueron criticadas por varios sectores políticos y sociales, quienes acusan al gobierno de criminalizar la protesta social.
Adorni también elogió el trabajo de las fuerzas de seguridad, señalando que estas “van a hacer todo” para evitar cortes de calles y detener a quienes participen en actividades que interrumpan el tránsito. Asimismo, destacó el desempeño de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y subrayó que el gobierno busca garantizar la libre circulación en la Ciudad de Buenos Aires.
El veto a la reforma previsional: ¿un ajuste necesario o un ataque a los jubilados?
El núcleo del conflicto gira en torno a la decisión de Javier Milei de vetar una ley que había sido aprobada en el Congreso y que otorgaba un aumento en las jubilaciones. Según el gobierno, este tipo de incrementos no son sostenibles en un país con desequilibrio fiscal. “El populismo despedazó las jubilaciones”, declaró Adorni, apuntando a los gobiernos anteriores como responsables del deterioro del sistema previsional.
El vocero presidencial sostuvo que la única manera de mejorar las condiciones de los jubilados es mediante el crecimiento económico, lo que requiere mayor inversión y mejores salarios para los trabajadores activos. Para el gobierno, cualquier aumento no sustentado por un crecimiento real de la economía conduce al endeudamiento, a la emisión monetaria o al aumento de impuestos, lo que, según Adorni, “genera más pobreza”.
El ajuste en el PAMI: una controversia en puerta
Otro punto que ha generado polémica es la reestructuración en la cobertura de medicamentos del PAMI. El director ejecutivo de la entidad, Esteban Leguizamo, fue denunciado por “incumplimiento de deberes de funcionario público” debido a lo que algunos sectores interpretaron como un recorte en la provisión de medicamentos gratuitos para jubilados. Adorni desestimó las críticas, explicando que se trató de una “readecuación” que prioriza los medicamentos para enfermedades crónicas y oncológicas sobre aquellos destinados a patologías leves. Aseguró, además, que ningún jubilado se quedará sin medicamentos, y que aquellos que no puedan costear algún tratamiento tendrán acceso a un trámite especial para recibir ayuda.
Un conflicto que sigue en aumento
La movilización de hoy es un reflejo del creciente descontento social frente a las políticas económicas del gobierno de Milei. La tensión entre el Ejecutivo y los sectores más vulnerables, especialmente los jubilados, continúa escalando, y no parece haber una solución a la vista en el corto plazo. Con un discurso centrado en la necesidad de ajuste y equilibrio fiscal, el gobierno se enfrenta a un contexto de crisis económica que complica su capacidad para aplicar políticas redistributivas sin generar tensiones adicionales.
Mientras tanto, las calles de Buenos Aires siguen siendo el escenario de una lucha entre quienes reclaman mejoras inmediatas y quienes insisten en la necesidad de ajustes para asegurar el crecimiento a largo plazo. La pregunta clave es si el gobierno podrá encontrar un equilibrio que satisfaga ambas demandas, o si el conflicto continuará profundizándose.