Más ferias de ropa usada para enfrentar la crisis

La proliferación de ferias de ropa usada en parques y plazas de la Ciudad de Buenos Aires responde a la crisis económica y los precios desorbitados de la ropa nueva. En un contexto de ajuste significativo, estas ferias se han convertido en una fuente de ingresos adicional para muchas personas. La pobreza, que ha alcanzado el 55% de la población en el primer trimestre de este año, junto con la inflación del 39,6% en prendas de vestir y calzado, según datos del Indec, han impulsado esta tendencia.
Lo que antes era un mercado de nicho, ahora se ha masificado, atrayendo tanto a vendedores como a compradores. La ropa usada ya no lleva el estigma de antaño; de hecho, se ha convertido en una opción aceptable incluso para quienes adquieren artículos de lujo. Esto ha llevado a un auge en las redes sociales, donde los usuarios muestran sus hallazgos y recomiendan ferias.
Sin embargo, este aumento de la popularidad ha tenido consecuencias. Lugares antes exclusivos ahora están abarrotados de gente, lo que ha llevado a una disminución en la disponibilidad y un aumento en los precios. Las ferias de ropa usada se han convertido en una especie de “club del trueque”, donde la gente vende artículos para sobrevivir, convirtiéndose en una manifestación de la desesperación económica.
Por otro lado, ha habido un cambio en la conciencia sobre la moda rápida y su impacto ambiental. La producción textil es una de las más contaminantes del mundo, y el aumento de la conciencia ambiental ha llevado a un crecimiento en la popularidad de la moda circular y la compra de prendas usadas. Empresas como Cocoliche han capitalizado esta tendencia, ofreciendo una alternativa más sostenible y económica para comprar y vender ropa usada.
En resumen, las ferias de ropa usada en Buenos Aires son tanto una respuesta a la crisis económica como un reflejo de un cambio en la conciencia sobre el consumo de moda. Ofrecen una salida para aquellos que buscan sobrevivir en tiempos difíciles y una opción más sostenible para aquellos preocupados por el impacto ambiental de la industria textil.