Lula III. Una nueva etapa, un Gobierno distinto, un mundo distinto.

El 2023 arrancó con un hecho trascendental para el escenario latinoamericano: Lula asumió la presidencia de Brasil con muchísimas expectativas y con una derecha fascista muy enquistada en las estructuras de poder.
Al instante de que Lula asumiera se pudo ver la senda local, regional e internacional que marcará su Gobierno. “Es tiempo de unidad y reconstrucción” anunció el 1° de enero del corriente mientras firmaba una serie de Decretos en donde dejó sin efecto la política de flexibilización para la adquisición de armas por parte de la población civil; viabilizó el pago de 600 Reales a las familias pobres; evitó la venta de los medios públicos brasileños y nuevamente avanzó en la protección de la Amazonía.
Los desafíos que va a tener el nuevo gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva son enormes. Revertir una crisis social y económica que se desencadenó por las políticas que llevó adelante Bolsonaro y revertir el aislamiento y el desprestigio internacional y regional que marcaron los años del ex Presidente. Brasil con Lula, buscará nuevamente ocupar un rol preponderante en nuestra Latinoamérica. Mientras escribimos estás líneas, la CELAC lleva adelante su encuentro anual en Argentina, en donde la alianza estratégica entre los Gobiernos de Alberto Fernández y Lula serán una punta de lanza para fortalecer a una región golpeada por la falta de liderazgos, por la pandemia y por los Gobiernos neoliberales y fascistas que buscaron destruir el entramado productivo de los países de nuestra Patria Grande.
En un mundo multilateral, la visión de Lula de un orden global “basado en el diálogo, el multilateralismo y la multipolaridad” sirve muchísimo para fortalecer el rol de la CELAC y del Mercosur. No es casualidad empezar a dialogar para lograr una moneda común entre nuestro país y Brasil. Lula entiende al “diálogo”, como pasar de una política exterior que trate de aislar a los adversarios a otra que busque soluciones diplomáticas, pero su compromiso con el multilateralismo va más allá de una mera preferencia por el consenso.
Estados Unidos tiene un funesto historial de intervenciones en los países que consideraba demasiado cercanos a sus rivales y hoy en día, el rol de China en el mundo es muy fuerte y de muchísima presencia en la región, es por eso que el Gobierno de Lula tiene un enorme desafío, conducir políticamente a la región, mantener y fortalecer el diálogo con China y Estados Unidos, tiene que recuperar las relaciones internacionales perdidas y generar el mayor aporte posible para recuperar la fuerza del bloque del BRICS.
Lula no asume en un país fácil. Fueron pocos los días que pasaron y tuvo que afrontar la primer crisis con un intento de golpe de estado de parte del Bolsonarismo, con una completa inacción de las fuerzas de seguridad de Brasilia, pero así y todo, el mandatario que inició su tercer gobierno el 1° de enero, salió muy fuerte y logró vencer y accionar contra los golpistas. Brasil tiene una gran cantidad de desafios y Lula tiene el capital, el potencial, la fuerza y el marco de alianza justo para poder dar vuelta la taba en un Brasil super dividido.