18 octubre, 2025

Jorge Macri justificó el aumento de los impuestos que aprobaron junto a La Libertad Avanza en la Legislatura

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El reciente aumento de impuestos en la Ciudad de Buenos Aires, impulsado por el Gobierno de la Ciudad junto con La Libertad Avanza, ha suscitado una ola de críticas y un profundo malestar entre los ciudadanos, especialmente entre aquellos de menores recursos. La decisión de aplicar estos incrementos de manera uniforme, sin considerar las diferencias económicas entre los habitantes, pone de manifiesto una preocupante falta de sensibilidad y una desconexión con la realidad de los más vulnerables.

Jorge Macri, jefe de Gobierno de la Ciudad, ha justificado los aumentos argumentando que “la inflación es el problema” y que los ajustes impositivos son necesarios para mantener el funcionamiento de la ciudad. Si bien la inflación es ciertamente una preocupación central, esta explicación simplista omite un punto crucial: no todos los ciudadanos están en igualdad de condiciones para soportar estas cargas.

Las familias de bajos ingresos son las más afectadas por la inflación, ya que destinan una mayor proporción de sus ingresos a necesidades básicas. Aumentar los impuestos de manera uniforme agrava aún más su situación, generando una mayor carga económica para quienes ya están luchando por llegar a fin de mes. Esta falta de diferenciación es una muestra clara de insensibilidad por parte del gobierno porteño.

Macri ha señalado que los fondos adicionales se utilizarán para mejorar la seguridad, instalar cámaras en las plazas y otorgar becas a escuelas de gestión privada. Si bien estos son objetivos importantes, la forma en que se están financiando es profundamente injusta. La carga de estos costos recae desproporcionadamente sobre aquellos que menos pueden pagarlos. Es esencial que el gobierno explore mecanismos más equitativos para recaudar los fondos necesarios, como la implementación de impuestos progresivos que consideren la capacidad de pago de cada ciudadano.

La afirmación de Macri de que “la Ciudad no emite plata” y que, por lo tanto, debe ajustar sus ingresos a la realidad inflacionaria, no debe servir como justificación para políticas que perpetúan la desigualdad. Es responsabilidad de los líderes gubernamentales diseñar estrategias que no solo equilibren el presupuesto, sino que también protejan a los ciudadanos más vulnerables durante tiempos económicos difíciles.

Existen alternativas viables para aliviar la carga fiscal sobre los sectores de menores ingresos sin comprometer los servicios esenciales de la ciudad. Exenciones impositivas para familias de bajos recursos y programas de asistencia específica son solo algunas de las medidas que podrían implementarse para mitigar el impacto de estos aumentos.

La administración de la Ciudad de Buenos Aires debe revaluar sus prioridades y adoptar un enfoque más inclusivo y justo. Las políticas públicas deben centrarse en el bienestar de todos los ciudadanos, especialmente de aquellos que más necesitan apoyo. En una ciudad marcada por la desigualdad, es imperativo que las decisiones fiscales sean tomadas con una consideración profunda de sus efectos sociales.

Ignorar estas realidades no solo es un fallo técnico, sino también un fracaso moral. La medida del éxito de una sociedad no se limita a su infraestructura o su sistema educativo, sino que también se refleja en cómo trata a sus miembros más vulnerables. Es hora de que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires actúe con la empatía y la responsabilidad que la situación exige, priorizando políticas que no dejen atrás a los que más necesitan ayuda.

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