16 octubre, 2025

Identificaron los restos hallados en la ex casa de Cerati: eran de un adolescente desaparecido en 1984

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Un testigo clave apuntó contra un ex compañero de colegio de la víctima, dueño de la vivienda. La causa podría prescribir por el tiempo transcurrido.

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmó que los restos humanos encontrados en la vivienda de Avenida Congreso al 3700, en el barrio porteño de Coghlan, donde años después residió Gustavo Cerati, pertenecen a Diego Fernández Lima, un adolescente de 16 años desaparecido en 1984.

El hallazgo, que reabrió un misterio de cuatro décadas, derivó en la aparición de un testigo clave que permitió al fiscal Martín López Perrando orientar la investigación hacia un sospechoso concreto: Cristian Graf, actual propietario del chalet y ex compañero de la víctima en la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N° 36.


Un cuerpo enterrado durante más de 40 años

Según la fiscalía, el cuerpo de Diego estuvo enterrado en el jardín de la vivienda durante más de cuatro décadas. El inmueble pertenece a la familia Graf desde los años 70, y allí vivía el acusado al momento del presunto homicidio.

La pista clave surgió a partir de un antiguo compañero de ambos, quien decidió declarar tras enterarse por los medios de la identificación de los restos. El testigo relató que conocía a los dos adolescentes y que incluso eran amigos, a quienes apodó “El Gaita” (por Fernández Lima) y “El Jirafa” (por Graf). La noticia, dijo, generó un fuerte impacto en el chat que comparten los egresados de la promoción, lo que lo motivó a presentarse ante la Justicia.


Sospechas y limitaciones legales

Si bien el fiscal López Perrando dispuso la indagatoria de Graf por homicidio, el paso del tiempo juega un papel determinante: al haberse cumplido 41 años del crimen, el caso podría ser declarado prescripto, lo que impediría aplicar una condena incluso si se comprobara la autoría.

Pese a esta limitación, la investigación busca establecer con precisión las circunstancias de la muerte de Diego y el rol que habría jugado su presunto asesino. Además, se intentará determinar si existieron encubrimientos o participación de terceros, aspectos que podrían no estar alcanzados por la prescripción.


Impacto del hallazgo

La causa provocó conmoción tanto en el barrio como entre ex compañeros de escuela de la víctima y del acusado. La familia Graf está bajo la lupa desde el momento en que se descubrieron los restos en su jardín, y la investigación continúa con peritajes, relevamiento de testigos y análisis de contexto histórico para reconstruir los hechos.

El caso, que combina elementos de crónica policial y de historia congelada en el tiempo, no solo busca esclarecer quién mató a Diego Fernández Lima, sino también entender cómo un cuerpo pudo permanecer oculto durante más de 40 años en una vivienda habitada sin que nadie diera aviso.

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