Guiño diplomático de Milei a China

Argentina exime de visa a ciudadanos chinos con visado estadounidense: La medida rige desde este martes y apunta a simplificar el ingreso de turistas y hombres de negocios
En un movimiento que marca un gesto de acercamiento diplomático hacia China, el gobierno argentino dispuso la eximición de visa para ciudadanos de la República Popular China y de República Dominicana que cuenten con visado estadounidense vigente, siempre que ingresen al país con fines turísticos o de negocios. La resolución, firmada por Lisandro Catalán —vicejefe de Gabinete del Interior— y publicada en el Boletín Oficial el lunes 21 de julio, entró en vigencia este martes y se enmarca en un proceso más amplio de reforma migratoria impulsado por la administración de Javier Milei.
Los beneficiarios no deberán tramitar la visa consular ni la Autorización de Viaje Electrónica (AVE), siempre que cuenten con una visa válida y vigente de los Estados Unidos en la misma categoría migratoria. Esta medida se suma a un conjunto de normativas previas que buscaban agilizar el ingreso de ciudadanos de países con sistemas migratorios considerados confiables.
Detalles por nacionalidad: tiempos y condiciones
La resolución diferencia los beneficios según nacionalidad y finalidad del ingreso:
- Para ciudadanos chinos, la exención aplica a quienes ingresen como turistas o empresarios, con una estadía máxima de 30 días.
- Para dominicanos, la autorización es únicamente por razones transitorias, conforme al inciso a) del artículo 24 de la Ley 25.871, con un límite de 90 días de permanencia.
En todos los casos, los beneficiarios no podrán modificar su categoría migratoria una vez en territorio argentino, aunque sí se prevé la posibilidad de solicitar una única prórroga por el mismo período, sujeta a evaluación de la Dirección Nacional de Migraciones (DNM).
Reciprocidad y confianza en controles internacionales
Según explica la Resolución 316/2025, el fundamento de esta política radica en la confianza en los controles migratorios de terceros países, particularmente en aquellos considerados rigurosos, como es el caso de Estados Unidos. El texto señala que al aceptar visas emitidas por dichos países, Argentina presume cumplidas las verificaciones habituales que realizan los funcionarios consulares nacionales.
Este principio no es nuevo. En 2016, mediante el Decreto 892, Argentina ya había eximido de visado consular a ciudadanos chinos con visa estadounidense o europea vigente, y dos años más tarde, la Resolución 416/18 amplió la lista de nacionalidades habilitadas para el régimen de AVE.
Una medida en línea con los gestos de China hacia Sudamérica
El anuncio también se da en un contexto de acciones recíprocas por parte del gobierno chino. En meses recientes, China decidió eximir del requisito de visa a ciudadanos de Argentina, Brasil, Chile, Perú y Uruguay hasta el 31 de mayo de 2026, medida destinada a fomentar el turismo y el intercambio cultural y comercial.
Este intercambio de beneficios migratorios puede interpretarse como una señal de distensión entre Buenos Aires y Beijing, tras meses de tensiones diplomáticas y comerciales derivadas del giro ideológico del gobierno argentino y de sus críticas públicas a regímenes no alineados con Occidente.
Parte de una reforma migratoria más amplia
La flexibilización forma parte de un paquete más amplio de reformas a la Ley de Migraciones (N° 25.871), formalizadas mediante el Decreto 366/2025, en mayo pasado. Entre los cambios más destacados se encuentran:
- Mayores exigencias para la admisión y permanencia de extranjeros.
- Restricciones al acceso a salud y educación pública para migrantes.
- Revisión de las categorías de residencia y permanencia legal.
El Ejecutivo sostiene que estos cambios buscan adaptar la política migratoria a las nuevas realidades geopolíticas y de seguridad, garantizando que quienes ingresen al país lo hagan de forma legal y con fines legítimos.
Un equilibrio entre apertura y control
La medida representa un delicado equilibrio entre facilitar el ingreso de turistas e inversionistas estratégicos, como los ciudadanos chinos con visa estadounidense, y mantener un discurso firme en cuanto a la seguridad y el control migratorio. En un contexto donde el Gobierno impulsa un discurso de “orden y legalidad” en materia migratoria, esta flexibilización parece enfocarse más en los beneficios económicos y diplomáticos que podría traer aparejados.
Mientras tanto, el impacto real de esta disposición en materia de turismo, inversiones y relaciones bilaterales con China será materia de evaluación en los próximos meses. Por ahora, el guiño a Beijing ya está dado.