15 octubre, 2025

Estado crítico y pronóstico reservado: cómo evoluciona la salud de “Locomotora” Oliveras tras el ACV

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La exboxeadora continúa internada en Santa Fe bajo estricta observación neurológica

A una semana de haber sufrido un ACV isquémico, la salud de Alejandra “Locomotora” Oliveras sigue generando preocupación. La excampeona mundial de boxeo permanece internada en el Hospital José María Cullen de Santa Fe en estado crítico y con pronóstico reservado, según confirmaron este lunes las autoridades médicas.

El parte más reciente, brindado por el director del hospital, Dr. Bruno Moroni, indica que la situación sigue siendo delicada y cambiante. “Alejandra Oliveras se encuentra estable clínicamente, con evaluaciones neurológicas permanentes”, explicó. Sin embargo, aclaró que la estabilidad no implica necesariamente una mejoría, ya que se trata de una paciente con parámetros controlados, cuya evolución debe ser monitoreada minuto a minuto.

“Es una situación de estado crítico con pronóstico reservado”, reiteró el médico, al tiempo que destacó que el cuadro es dinámico y que “puede cambiar en 15 minutos”. En este contexto, los profesionales aún no se aventuran a hablar de posibles secuelas ni plazos de recuperación, ya que la evolución de este tipo de eventos neurológicos varía según cada paciente.

Qué se sabe del ACV que sufrió Oliveras

La exdeportista, de 46 años, ingresó al hospital hace siete días tras sufrir un accidente cerebrovascular isquémico, que fue provocado por la obstrucción de una arteria que impidió el normal flujo de sangre al cerebro. Aunque algunos especularon sobre una posible relación con su intensa carrera deportiva, los médicos evitaron hacer asociaciones directas y se limitaron a explicar que el diagnóstico responde exclusivamente a una interrupción en la irrigación sanguínea cerebral.

¿Qué es un ACV isquémico?

El ACV isquémico —el tipo más común de accidente cerebrovascular— ocurre cuando una arteria que suministra sangre al cerebro se bloquea o estrecha, provocando una disminución súbita del flujo sanguíneo. Este evento impide que el tejido cerebral reciba suficiente oxígeno y nutrientes, lo que puede generar daño cerebral en cuestión de minutos.

Los síntomas típicos incluyen:

  • Entumecimiento o debilidad repentina en el rostro, brazo o pierna, especialmente de un solo lado.
  • Confusión, dificultad para hablar o comprender el lenguaje.
  • Problemas de visión en uno o ambos ojos.
  • Mareos, pérdida de equilibrio o coordinación.
  • Dolor de cabeza intenso y súbito sin causa aparente.

El tratamiento oportuno es clave para minimizar daños y secuelas. En el caso de Oliveras, la atención médica fue inmediata, aunque la gravedad del episodio exige un seguimiento constante y personalizado, indicaron los especialistas.

El ACV, una amenaza silenciosa en Argentina

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 15 millones de personas sufren un ACV cada año en el mundo. De ese total, aproximadamente 5 millones fallecen y otros 5 millones quedan con secuelas permanentes, lo que convierte al ACV en una de las principales causas de discapacidad y muerte a nivel global.

En Argentina, las estadísticas son igual de preocupantes: se registra un caso cada nueve minutos, lo que equivale a alrededor de 126.000 eventos anuales. Es, además, la principal causa de discapacidad permanente en adultos.

Una figura querida, dentro y fuera del ring

Alejandra “Locomotora” Oliveras es una de las figuras más destacadas del boxeo femenino argentino. A lo largo de su carrera, conquistó seis títulos mundiales en distintas categorías, lo que la convirtió en una referente indiscutida del deporte nacional. En los últimos años, también se había convertido en un personaje mediático y una figura muy activa en redes sociales, donde compartía su historia de vida, sus entrenamientos y mensajes de motivación.

Hoy, la exboxeadora pelea una batalla distinta. Su estado genera una ola de solidaridad en el mundo del deporte y entre sus seguidores, que esperan con esperanza novedades positivas sobre su evolución. Por ahora, el parte médico es claro: se trata de un cuadro crítico, con pronóstico reservado, que exige tiempo, cuidados intensivos y prudencia.

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