El silencio sobre la desaparición de un agente de la policía de la Ciudad y el pedido de justicia
Vecinos De la Ciudad 7 mayo, 2022 0
A tres años de la desaparición de Arshak Karhanyan, miembro de la policía porteña: ¿en qué está la causa?
El 8 de mayo es el Día Nacional de la lucha contra la Violencia Institucional en conmemoración de la “Masacre de Budge” ocurrida en 1987 donde la Policía Bonaerense fusiló a Agustín Olivera de 20 años, Oscar Aredes, de 19, y Roberto Argañaraz, de 24, en la localidad de Ingeniero Budge. Mientras los jóvenes conversaban y tomaban una cerveza en la esquina de Guaminí y Figueredo, irrumpió una camioneta policial de la cual bajaron el suboficial mayor Juan Ramón Balmaceda, el cabo primero Jorge Alberto Miño y el cabo Isidro Rito Romero para abrir fuego. Olivera recibió doce balazos y Aredes otros siete. Argañaraz fue herido en la pierna y, subido a la camioneta, apareció, luego, con un impacto de bala en la cabeza.
Este hecho sangriento marcó para siempre al barrio y su comunidad. Gracias a la organización de los vecinos y las vecinas de Budge es que se investigó el hecho y fueron condenados los responsables.
Lamentablemente, “la masacre de Budge” no fue la única, ya que tras ese hecho se han sucedido infinidad de casos de violencia institucional perpetrados por distintas fuerzas armadas. En el conurbano es la policía bonaerense la protagonista de estos hechos, pero la policía de la ciudad no se queda atrás: del 2016 al 2021 se contabilizan 121 muertes en manos de la dicha fuerza en casos de gatillo fácil y violencia institucional.
Pero de esos 121 casos, hay uno del 2019 que sobresale porque aún sigue sin aclararse: la desaparición de un agente de esta fuerza llamado Arshak Karhanyan. Este policía ingresó a la fuerza en 2015 y con la creación de la Policía de la Ciudad fue asignado a la División exposiciones en el 2017. Dicha División es la encargada del seguimiento de allanamientos y la incautación de material ilícito. En su paso por esta fuerza, cuenta su madre que Arshak vivió momentos de presión que lo llevaron a considerar renunciar a su puesto como agente porteño. No estaba a gusto con algunas decisiones que se tomaban puertas adentro del equipo. Así fue como en enero del 2019 recaló en la Comisaría Vecinal 7-B de Caballito, a unas cuadras del departamento donde se había mudado. Un mes después, desapareció sin dejar rastro.
Desde el primer día no hubo voluntad de búsqueda ni de investigar seriamente esta desaparición. Cuando la madre de Arshak, Vardush, se acercó a la comisaría vecinal donde trabajaba su hijo para preguntar por él, su jefe dijo no conocer al agente ni su paradero. Tigran, hermano de Arshak, lo buscó en su casa pero no estaba allí tampoco, donde había dejado sus dos celulares y la computadora prendida. Estos teléfonos fueron entregados a la causa ya que podrían dar muchas pistas de los últimos movimientos del agente, pero los peritos de la policía de la ciudad borraron todo lo que encontraron y desactivaron ambos teléfonos. En un peritaje posterior, un grupo de especialistas pudo determinar que el primer peritaje había sido muy malo ya que no se cumplieron los protocolos básicos para llevar a cabo dicha tarea. Tampoco se hicieron rastrillajes profundos para buscar al agente: tan sólo uno de 15 minutos cerca del departamento de Arshak.
A estos hechos se suma la sospecha que pesa sobre un ex compañero del policía desaparecido, de apellido Herba, quien fue la última persona que vio con vida a Arshak. Herba se contradijo sobre haber visto a su compañero antes de la desaparición y hay una prueba más sobre su posible participación en el hecho y es la acusación de su pareja: un audio donde ella le dice claramente sí va seguir “hueveando con el teléfono, desapareciendo gente”. La mujer declaró que no quiso decir eso y que no sabe nada del tema, que sólo discutían porque tienen una relación difícil.
Con todos estos elementos mencionados y habiéndose reunido con Vardush, la Secretaría de Derechos Humanos (DDHH) de la Nación se presentó como querellante y pidió que la causa sea investigada como desaparición forzada. Además, la familia había pedido apartar a la Policía porteña de la investigación y los peritajes pero el juez Alberto Baños rechazó todos estos pedidos. Es decir que la causa seguirá siendo investigada por quienes son sospechados de haber causado la desaparición de Arshak o al menos por quienes se encargaron de embarrar la investigación.
Este caso de violencia institucional en el que la misma policía está involucrada en la desaparición de un agente no tendrá solución si la justicia no sigue los pasos correspondientes cuando una fuerza de seguridad y sus integrantes están sospechados de ser los autores de un delito de suma gravedad. Que se haga justicia.