17 octubre, 2025

El Gobierno oficializa la transferencia de 31 líneas de colectivos a la Ciudad de Buenos Aires

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Este lunes, el Gobierno nacional formalizó la transferencia de la gestión y control de 31 líneas de colectivos que operan en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). El Decreto 830/2024, publicado en el Boletín Oficial, establece que el distrito porteño asumirá la administración total de estas líneas, lo que incluye la fijación de tarifas, recorridos y frecuencias. Este traspaso, acordado previamente entre el presidente Javier Milei y el jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, implica un cambio significativo en la gestión del transporte público en CABA.

Desregulación y competencia

El decreto también introduce un régimen normativo simplificado para los Servicios de Transporte de Oferta Libre de Pasajeros, con el objetivo de promover una mayor desregulación y competencia en el sector. Según lo establecido, las empresas de transporte tendrán la libertad de definir la cantidad de servicios, recorridos y tarifas, siempre que estén inscritas en el Registro Nacional del Transporte de Pasajeros.

Esta medida busca fomentar la competencia entre los operadores de transporte, flexibilizando las condiciones para la prestación de servicios. Sin embargo, las empresas que actualmente operan servicios urbanos en CABA, y cuyos recorridos comiencen y terminen dentro de la ciudad, podrán continuar con los permisos nacionales hasta que el gobierno porteño defina los detalles de su regulación específica.

Implicancias para la Ciudad

Con esta transferencia, la Ciudad de Buenos Aires no solo obtiene control sobre las líneas de colectivos, sino también la responsabilidad de administrar los subsidios que hasta ahora eran financiados por el gobierno nacional. Esto podría representar un desafío para las finanzas locales, dado que el mantenimiento de las líneas de transporte requiere un apoyo financiero constante para asegurar su funcionamiento y accesibilidad.

En cuanto a los usuarios, se mantendrán los beneficios actuales, como el programa Red SUBE, que permite descuentos en las tarifas de transporte, y la Tarifa Social, que seguirá beneficiando a más de 5,3 millones de personas en todo el país con un descuento del 55%.

Desafíos y oportunidades

Este traspaso es un paso importante en la descentralización del transporte público, pero también plantea desafíos para la gestión porteña. La transferencia de la administración de las líneas de colectivos implicará que la Ciudad de Buenos Aires asuma un rol clave en la definición de tarifas y la gestión de subsidios, lo que podría generar tensiones con los usuarios si no se manejan adecuadamente los incrementos tarifarios o las modificaciones en los servicios.

Por otro lado, el enfoque en la desregulación podría generar un mayor dinamismo en el sector, con la posibilidad de que nuevos operadores ingresen al mercado, ofreciendo mejores servicios o innovaciones en los recorridos y frecuencias. No obstante, esto también podría derivar en una competencia que favorezca la consolidación de grandes empresas y afecte a los pequeños operadores.

Una nueva etapa para el transporte en CABA

La transferencia de estas 31 líneas marca el inicio de una nueva etapa en la administración del transporte público en la Ciudad de Buenos Aires, en la que el gobierno porteño deberá equilibrar la gestión de recursos con la provisión de servicios de calidad. Los próximos meses serán cruciales para evaluar el impacto de estas medidas en la movilidad urbana y en la calidad de vida de los porteños.

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