Censura en Espacios Culturales: Un Panorama Preocupante en Argentina

Durante el mes de julio, el cineasta Goyo Anchou reveló a Tiempo Argentino un preocupante patrón de censura en espacios culturales dependientes de la Secretaría de Cultura. Según Anchou, películas con contenidos feministas, LGBT+, que critican a la dictadura, o que incluyen a figuras como Lali Espósito, estarían siendo sistemáticamente excluidas de las programaciones oficiales. Esta denuncia ha destapado una serie de episodios recientes que, en conjunto, pintan un panorama inquietante sobre la libertad de expresión en el ámbito cultural del país.
Intentos de Censura y Cancelación de Proyecciones
Uno de los incidentes más comentados ocurrió en febrero, cuando circuló un fuerte rumor sobre la cancelación de la proyección de “Un lugar en el mundo”, la aclamada película de Adolfo Aristarain, en la explanada del Centro Cultural Kirchner (CCK). Aunque la proyección finalmente se realizó, fuentes cercanas al evento confirmaron que hubo un intento de censura debido a una columna de opinión que Aristarain había publicado, donde criticaba duramente al Gobierno. La situación se complicó cuando el fiscal Carlos Stornelli denunció al director por “incitar a la violencia colectiva”. Ante la posibilidad de que Aristarain y su productor, Osvaldo Papaleo, hicieran pública la cancelación, las autoridades optaron por permitir la función, evidenciando una tensión latente entre la censura y la libertad artística.
Sin embargo, no todas las obras corrieron con la misma suerte. En mayo, la premiere de “Las corredoras”, dirigida por Néstor Montalbano y protagonizada por Diego Capusotto, fue cancelada en el CCK. Días antes, Capusotto había realizado comentarios críticos hacia el gobierno en una entrevista, lo que llevó a las autoridades a suspender la función. Marcelo Schapces, productor de la película, confirmó que la decisión fue una respuesta directa a las declaraciones del actor, subrayando cómo la censura puede manifestarse de forma reactiva y personalista.
Restricciones en el INCAA y Censura Silenciosa
El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) tampoco ha sido ajeno a estas prácticas. Carlos Pirovano, presidente del INCAA, expresó su intención de limitar el fomento de películas que aborden temas históricos de los últimos 15 años. Aunque Pirovano admitió no tener herramientas legales para imponer esta restricción, su postura deja en claro una voluntad de intervenir en los contenidos que se promueven desde el Estado. Esta declaración, sumada a las denuncias sobre intentos de censura en el CCK, sugiere un patrón preocupante de control sobre la narrativa histórica reciente en el cine argentino.
Otro episodio de censura ocurrió en el Museo de la Lengua y la Palabra de la Biblioteca Nacional, dependiente del Ministerio de Capital Humano. La directora de cine Eva Dans relató cómo la muestra “The Buenos Aires Affair: 50 años”, dedicada a Manuel Puig y su persecución durante la dictadura, fue levantada antes de tiempo por órdenes de la nueva directora del museo. Según Dans, la muestra fue retirada porque “no se alineaba con el pensamiento de este Gobierno”, lo que constituye un claro ejemplo de censura silenciosa. Este tipo de acciones no solo privan al público de acceder a contenidos culturales importantes, sino que también reflejan un intento de reescribir o suprimir ciertas narrativas históricas y sociales.
Un Clima de Autocensura y Restricciones
Los casos expuestos sugieren la existencia de una política no oficial de censura en diversas instituciones culturales del país. Esta situación ha generado un clima de autocensura entre los gestores culturales, quienes temen posibles sanciones si programan eventos que puedan ser considerados conflictivos por las autoridades. Además, los testimonios apuntan a una línea de censura que no solo afecta a contenidos críticos con el gobierno, sino que también busca restringir la visibilización de temas como los derechos LGBT+, el feminismo, y la crisis ambiental.
En conjunto, estas prácticas censoras representan un serio retroceso en la libertad de expresión artística y cultural en Argentina. El arte y la cultura son fundamentales para el debate democrático y la construcción de una sociedad pluralista. Sin embargo, cuando las autoridades imponen límites a qué historias pueden contarse y cuáles deben silenciarse, se socava uno de los pilares esenciales de cualquier democracia: el derecho a la libre expresión y la diversidad de voces.
La comunidad artística y cultural debe mantenerse alerta y unida frente a estas amenazas, reivindicando su derecho a crear y exhibir obras sin restricciones arbitrarias. La historia ha demostrado que la censura, lejos de proteger a las sociedades, las empobrece, limitando su capacidad para reflexionar sobre sí mismas y avanzar hacia un futuro más justo y equitativo.